Tras una semana sin mover el coche de sitio y usando la bicicleta (ya sabeis que la cosa está fatal de dinero, con el rollo ese de la crisis, que ni existe ni nada, se lo han inventado los telediarios para tenr cosas de que hablar) vi que se había creado una capa de "terreno fertil" sobre la carrocería de mi coche. Tome una fracción y la analicé en el laboratoio de botánica, facilitado por D. Benito ******, llegando a la conclusión de ser un suelo idoeno para la siembra de patatas.
Gracias al calor generado por el motor y a los periodos de semilluvia, ayudado por supuesto por el agua que sale del limpiaparabrisas, coseguí durante varios meses una producción de neta de 2,1 toneladas de patatas de altísima calidad. Además, el constante movimiento del vehículo evitaba la estabilización de nuevas plagas de patata.
En fin, oye, el proximo findesemana os invito a tortilla en mi casa.
1 comentario:
Interesante artículo.
Yo plantaría adelfas y transitaría sólo por autopistas.
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